domingo, 7 de junio de 2009

Mudanza


Hasta una choza
en mundo de mudanzas
es casa de muñecas.

Basho


Me cambio de esta casa sin recuerdos, sin el goce de la mudanza. Se deja atrás la premura y el vértigo de aplanar las calles. Hay una casa sola. Se vuelve a la orfandad. Es el despojo, el rostro carcomido, el rechazo. La peste llega a mi casa, es mejor partir y abrazar la intimidad de una sombra. Así se reconstruye mi cuerpo fragmentado, el que levanto con una cucharita, lentamente para que no se desparrame. Anuncian la llegada de un huracán y me apuro, cierro puertas y ventanas, no vaya a ser que ya no me vea y que termine como una partícula suspendida sin ojos, sin pies y sin piel.