sábado, 23 de agosto de 2008

Llegando

Fui asesinada por mis propias manos
en un segundo de inspiración...

¡Madre, no me abandones!

Yo no quiero ser...

Cincuenta látigos vienen
en un abrir de carnes,
me gustaba el rojo
y el olor a muerto.

Ahora huelo mis uñas
llenas de barro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me parecio un poco triste su blog pero muy filosofico en algunas partes aunque me gusta eso por que me encanta pensar...
muchos besitos y abrasos,esta de mas decirlo que soy feliz de hablar con usted nuevamente :)
saludos y besos
chao!



atte fabian!