domingo, 14 de diciembre de 2008

Otra más

Loca Muñeca

Desde pequeña
me condenaron a usar
pantalones.

No quería
este cuerpo no es el mío.

Fui creciendo con el miedo
entre las piernas
y al amparo del látigo
que sí castiga.

Una tarde
los chicos del barrio
en círculo
y yo
con la mirada hacia abajo.

Me fui lejos
para olvidar los cuchillos
los ojos de mi padre.

Y ahora clamo
como una yegua despotrada
ansiando la caricia de la madre
extraviada

y en mi vientre
la luna
me da vuelta la cara.


3 comentarios:

Innocent Bystander dijo...

¡Oh! es como una cruda historia de la vida real. Es como la vida diaria en una población de esas flaites. Me robaste la idea

Vale dijo...

Mmmmm, no sé si sea sea una historia en una población flaite. La idea va por otro lado...

Titóxico dijo...

buen texto, crudo y sugerente... tiene fuerza, nostalgia, heridas. La escritura de mujeres tiende a ir por ese lado... por cierto, sigo tu blog hace tiempo y siempre me ha parecido interesante. Además, tienes influencias que había olvidado un tanto. Por mi lado, no he escrito nada en el blog últimamente, pero tengo un par de historias medio retorcidas de acá, así que ya las publicaré :) nos leemos